Hacía tiempo que quería fotografiar molinos de viento. Molinos de los clásicos, de los que evocan capítulos del Quijote por tierras de La Mancha.
Estuvimos en Navidades, las más frías que he vivido, con una ola de frío polar asolando la península, que nos acompañó todo el viaje... qué frío!
Salimos del hotel sin desayunar, aún no se había despertado nadie y la recompensa fue un colorido amanecer que nos hizo olvidar un poquito el frío que sentíamos, a solas entre los gigantes de Don Quijote y con la breve visita de algún que otro habitante de Campo de Criptana paseando a su perro.
1 comentario:
Me encanta el color y contraste de esta fotografia,.
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